Detenerse, en el tiempo

¿Cuánto tiempo te queda por vivir en este planeta que llamamos Tierra? ¿Alguien puede saberlo? Lo que sí sabemos es que somos seres finitos, es decir: vamos a morir. Vos, yo, nuestros seres queridos, los animales de compañía, todo lo que amamos. Perdón, pero ya lo sabías.

Es lo más trágico que sabemos sobre el del paso del tiempo: los afectos que se van.

Hay una fobia al paso del tiempo, de los días y los meses: CRONOFOBIA. Y aunque no tengamos exactamente algo tan extremo como una fobia estoy segura de que en algún momento de nuestra existencia experimentamos el sentimiento de ansiedad o de angustia. La ansiedad es una emoción que se siente en todo el cuerpo y es por eso que cuando viene no sabemos cómo, cuándo, dónde, es decir: imposible de controlar. Claro que existen muchas situaciones en nuestro transitar por el mundo que no podemos manejar, como dije al inicio, ni siquiera el fin de nuestra existencia, pero: ¿Podemos hacer algo para no sentir tanta ansiedad del futuro?

No tengo tiempo. ¿Para sentir ansiedad? No! .. no tengo tiempo para compartir con las personas que me hacen bien, para dedicarme a algo que tengo ganas de aprender. ¿Es posible no tener tiempo? Sí, conozco mucha gente que se escuda en ese argumento, hasta que una vez leí algo que resolvió de manera simple algo que me hacía ruido en ese argumento de la falta de tiempo “no es que no tiene tiempo, es que no sos su prioridad”. Es como decir que no tenes tiempo de ir al médico… ¿De verdad?. Lo que tenemos son prioridades y me parece que todxs deberíamos revisarlas de manera consiente tanto en nuestra relaciones personales (vínculos) cómo nuestra relación con el mundo: los objetos, la naturaleza, etc.

¿Por qué nos hacemos eso? Negar que tenemos tiempo y peor aún negar que no somos prioridad en alguien que queremos. Es tanto el dolor que nos puede generar saber que alguien a quien queremos no prefiere compartir su tiempo con nosotrxs que lx justificamos, a veces sin que el otrx nos haya dado ninguna excusa.

El tiempo pasa para vos también, y qué mejor que transitarlo en dónde sientas impulso, ganas, motivación, tranquilidad, diversión y tantos etc etc etc. Pero jamás en dónde estés “perdiendo el tiempo” ¿Perder? Parece.. ¿No te parece? Aún en la pérdida, si ponemos mucha voluntad, podemos aprender.

¿Para qué perder el tiempo en aprender piano? Jamás voy a llegar a tocar como Charly.. (tranqui el ejemplo) la vara está tan alta que si no somos concertistas es al pedo arrancar… ¡amiga! Con que sepas un tema de la Fabi Cantilo estás. ¿Por qué no empezar con alguna actividad que puede ser mega placentera? porque erróneamente pensamos que no será útil o porque no tengo el tiempo suficiente para dedicarle. Otra vez: si no le dedicas tu tiempo es porque no te interesa, no está en tu lista de prioridades. ¿Cuánto tiempo puedo demorar en aprender a hacer dos tazas de cerámica? Dale con el objetivo! Está todo más que bien con la meta, puede darte satisfacción y ganas de más… pero si no arrancás, nunca vas a saber si fue una pérdida de tiempo. Es más me tomo el atrevimiento de afirmar que cada actividad que arranquemos, jamás nos va a restar.

Además, otra característica del paso del tiempo es que nos desgasta física y mentalmente. Lxs que ya estamos grandecitxs nos agarran sin filtro para hablar de ciertas cuestiones y con algunos dolores musculares o de huesos. No será infinita nuestra capacidad de realizar ciertas actividades. Siempre hay excepciones: “la señora que con 80 años escaló el Everest”, pero no es la mayoría… es el 0.0001% de los casos y si por alguna ínfima casualidad nos creemos estar en ese porcentaje.. ya estamos fritxs. O mandame un whatsapp porque realmente admiro tu capacidad de confiar tanto en tu vos del futuro, cuando no arrancaste con piano que tenés ganas de tocar desde 1992. Hay una capacidad de fingir demencia en tantos aspectos de nuestro ahora que muchas veces quedó muda. Capacidad de fingir demencia: ¿Otro beneficio del paso del tiempo? ¿De haber nacido en estos tiempos? Antes no se fingía tanta demencia.

Fingir demencia es el actual concepto de no hacerse cargo. Hacerse cargo de sentarse a pensar un poco en el aire que estamos respirando, lo que estamos comiendo, lo que tenemos ganas de hacer, de cuándo la pasamos bien, con quiénes estamos a gusto. Intentar buscar el bienestar a largo plazo sin envenenar nuestro cuerpo: dedicarnos tiempo. Detenernos. Pensar. Sentir.

Estamos aturdidos y llenamos silencios, prendemos la tele, estamos con el celular, nos juntamos con personas que no suman. Tapamos, tapamos, tapamos. Estoy hablando también de mí, no finjo demencia. Sé perfectamente cuando me estoy haciendo la sota, soy conciente de cada decisión que tomo. Sé cuándo estoy perdiendo el tiempo, no me atormento… lo registro, ¿Lo cambio?

Acá lxs únicxs que tenemos las herramientas para modificar nuestro futuro y que contamos con el tiempo: somos nosotrxs. Nadie va a venir a solucionarnos nada, ni siquiera ese sr./ esa sra. que no te manda mensaje, no se preocupa, no te alienta a que te toques una de Fabi en el teclado. Vos tenés que empezar solitx, de a poco: escribiendo, dibujando, tocando la guitarra, asistiendo a talleres, a un terciario, una licenciatura, teatro, el psicólogo.

El psicólogo también es una inversión, en todo sentido. Nos ubica, nos acomoda las prioridades, los pensamientos y nos muestra las excusas que nos ponemos para perder el tiempo. 

Muy loco vivir en un mundo donde nadie quiere perder, pero sin embargo estamos perdiendo todo el tiempo y no nos asusta esa idea. Nos asusta el objetivo. No encuentro otro motivo por el cuál estamos postergando nuestra escucha interna, conectar con lo que nos pide el alma.

¡Ojalá nos animemos! Ojalá arranquemos, estamos a tiempo.